La Biblioteca Nuestros Hijos surgió por iniciativa de las madres de los jóvenes que fallecieron en el accidente aéreo de Los Andes en 1972.
Estas 13 madres trabajaron en forma silenciosa y honoraria por la promoción de la lectura y la instrucción en Uruguay. Trabajaron en nombre de sus hijos. El dolor por la pérdida de ellos las unió y su enorme generosidad las llevó a transformarlo en un motor para construir realidades positivas. Así fue como, solo nueve meses después del accidente, en 1973 abría sus puertas la Biblioteca Nuestros Hijos. Su objetivo fue generar un espacio en el que todos tuvieran la oportunidad de acceder a textos de estudio para mejorar sus oportunidades futuras.
Las madres fundadoras coinciden que en los comienzos hablaban un 90% del accidente y un 10% de la biblioteca. Pero poco a poco, y a medida que la organización crecía, estos porcentajes se revirtieron y casi sin darse cuenta pusieron un marcha un gran emprendimiento que atrajo a cientos de socios y estudiantes.
Gracias a la generosidad del Hotel Carrasco, que cedió una habitación, las primeras donaciones de libros se apilaban y los socios hacían cola para leer las últimas novedades. Más adelante, el hotel brindaría a la biblioteca un espacio más amplio con acceso independiente en la planta baja del edificio, donde cientos de estudiantes colmaban a diario las mesas de trabajo.
El compromiso con la instrucción y el sentido social que las madres querían darle a la biblioteca, hizo que desde su fundación se comenzaran a otorgar becas estudiantiles a niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad social. Hasta el día de hoy estas becas permiten a decenas de estudiantes acceder todos los años a libros de texto en forma gratuita. En su sede actual de la calle Miraflores, cuenta también con un espacio para que niños y adultos asistan a talleres de informática.
Jardín de la biblioteca.
Luego de tantos años de intensa labor, en 2009 las fundadoras cedieron su lugar en la comisión directiva a sus hijas, nueras y voluntarias quienes hoy llevan adelante la gestión de la biblioteca. La Comisión Directiva y sus familias, orgullosas de su labor, continúan su legado y les agradecen su dedicación, su tarea silenciosa pero enorme, su voluntad inquebrantable y su ejemplo de vida signado por la entrega y el amor.