Título : |
La casa de Lúculo : o el arte de comer |
Tipo de documento: |
texto impreso |
Autores: |
CAMBA, Julio |
Editorial: |
Buenos Aires : Espasa Calpe |
Fecha de publicación: |
1949 |
Número de páginas: |
144 p |
Idioma : |
Español (spa) |
Clasificación: |
ARTE CULINARIO LITERATURA ESPAÑOLA
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Nota de contenido: |
Nueva fisiología del gusto.--"La cocina española está llena de ajo y de preocupaciones religiosas. El ajo mismo yo no estoy completamente seguro de que no sea una preocupación religiosa, y por lo menos, creo que es una superstición. Las mujeres de mi tierra natal suelen llevarlo en la faltriquera para espantar a las brujas, y sólo cuando el bulbo liláceo ha perdido su virtud mágica en fuerza de rozarse con la calderilla, se deciden a echarlo a la cazuela. Es decir, que el ajo lo mismo sirve para espantar brujas que para espantar extranjeros. También sirve para darle al viandante gato por liebre en las hosterías, y aquí quisiera ver yo a los famosos catadores de la corte del Rey Sol, que, al comer un muslo de faisán, averiguaban, por la firmeza de la carne, si aquel muslo correspondía a la pata que el faisán replegaba para dormirse o a la otra..." |
Link: |
./index.php?lvl=notice_display&id=7630 |
La casa de Lúculo : o el arte de comer [texto impreso] / CAMBA, Julio . - Buenos Aires : Espasa Calpe, 1949 . - 144 p. Idioma : Español ( spa)
Clasificación: |
ARTE CULINARIO LITERATURA ESPAÑOLA
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Nota de contenido: |
Nueva fisiología del gusto.--"La cocina española está llena de ajo y de preocupaciones religiosas. El ajo mismo yo no estoy completamente seguro de que no sea una preocupación religiosa, y por lo menos, creo que es una superstición. Las mujeres de mi tierra natal suelen llevarlo en la faltriquera para espantar a las brujas, y sólo cuando el bulbo liláceo ha perdido su virtud mágica en fuerza de rozarse con la calderilla, se deciden a echarlo a la cazuela. Es decir, que el ajo lo mismo sirve para espantar brujas que para espantar extranjeros. También sirve para darle al viandante gato por liebre en las hosterías, y aquí quisiera ver yo a los famosos catadores de la corte del Rey Sol, que, al comer un muslo de faisán, averiguaban, por la firmeza de la carne, si aquel muslo correspondía a la pata que el faisán replegaba para dormirse o a la otra..." |
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